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Curso de Cata y Escapada Romantica

¿Te quieres ir de fin de semana romántico en La Rioja? ¿Quieres sorprender a tu pareja?.

Visita guiada y Cata Comentada por Enólogo: Durante la visita y cata a la bodega se visitarán las instalaciones, se siguen y explican el proceso de elaboración que sigue la uva desde su recolección hasta transformarse en Vino Blanco, Rosado y Tinto.

Para continuar con el proceso de Envejecimiento de los Vinos Tintos, hasta que alcanzan el nivel de Crianzas, Reservas, Grandes Reservas y vinos de Alta Expresión.

La duración de esta actividad es de aproximadamente 2 o 3 horas.

Si el tiempo lo permite se puede también se puede visitar un viñedo próximo a la Bodega.

La cata de vinos implica siempre comparación y valoración, por muy subjetiva que ésta sea.

De esta forma la cata se define cómo la acción encaminada a examinar, valorar o identificar vinos por su color, aroma, sabor y sensaciones táctiles en boca.

“Los vinos de Rioja por naturaleza son finos, con una maduración lenta que, en la zona noroccidental es más patente. Ésa es la regla principal que seguimos en Urbina”.

Así define Pedro Benito la filosofía de una bodega que mantiene una personalidad y una identidad propia y que, a la contra de los sucedido en las últimas décadas en el sector, saca muchos de sus vinos al mercado después de muchos años de estancia en bodega.

En la Cata se degustan y comentan todos los vinos de la Bodega: El enólogo y sumiller Pedro Benito enfrenta la elaboración más clásica con la moderna en una cata brillante con discurso y la personalidad del viñedo de una de las zonas más emblemáticas de Rioja.

En este sentido, podemos comparar la elaboración clásica de la marca Urbina en una cata de vinos por parejas frente a la nueva gama Salva (que hace referencia al bisabuelo de la saga de viticultores), en la que la fruta primaria y la intensidad son las notas dominantes.

“Prácticamente, estamos hablando de los mismos vinos, que salen ahora al mercado como Salva y que volverán a lanzarse como Urbina dentro de unos cuantos años después de un largo tiempo de estancia en botella y en depósitos”.

“Es como cuando vas a un restaurante y pides el solomillo: la mejor materia prima poco, al punto o muy hecha”.

Bodegas Urbina elabora únicamente uvas de sus 60 hectáreas de viñedo, unas 200.000 botellas anuales y en un 95% del entorno de Cuzcurrita.

Vinos de pueblo, de una de las zonas más frías de Rioja y con una personalidad clara que responde también al carácter del propio autor: vinos pausados, tranquilos para tomar relajados, como las propias explicaciones de uno de los mejores comunicadores con que cuenta actualmente el vino de Rioja.

Por su naturaleza las catas de vino pueden ser de cuatro tipos bien diferenciados: cata técnica, cata comercial, cata maridaje y cata privada. Por la manera de realizarse, pueden dividir en cata a botella descubierta, cata a ciegas y cata doble ciega.

Otra clasificación, según las añadas, distingue la cata vertical (mismo vino, de añadas distintas), de la cata horizontal (distintos vinos, de la misma añada).

El catador de vinos, es cualquier persona que los degusta para su comparación, evaluación, valoración, e identificación.

Requiere cierto grado de preparación y conocimiento técnicos, pero en realidad, no debería quedar limitada a los profesionales, también cualquier persona que quiera disfrutar de sus percepciones sensoriales (vista, olfato y paladar), puede llegar a ser un buen catador, desarrollando poco a poco su memoria sensorial, e ir adquiriendo conocimientos que le lleven a expresar las sensaciones que percibe al catar un vino.

– Cata a Ciegas: Formato de cata que es de uso común en la cata comercial.

Se puede realizar por profesionales, periodistas, en concursos o, simplemente, por diversión.

Tiene como objetivo principal que la marca o la bodega no influyan en la valoración del vino. Normalmente los vinos se agrupan por grupos homogéneos en tandas (edad, origen, estilo, variedad de uva, etc.) y se tapan las botellas, de manera que la marca no sea visible ni en la botella, ni en la cápsula.

Todavía es mejor si los vinos se jarrean en decantadores de similar tamaño para impedir cualquier pista. En general, la temática elegida es conocida por los catadores, y el organizador sabe la identidad y el orden de los vinos, si bien él no participa. Su versión más extrema es la cata doble ciega.

– Cata Doble Ciega: La cata doble ciega es en realidad una cata mixta entre el sistema de cata a ciegas y cata vista.

En primer lugar, se catan los vinos y se comentan sin tapar.

Es la cata en la que los participantes conocen los nombres de los vinos, el tipo de uva o la zona donde se elaboran.

En segundo lugar, se repite el mismo proceso pero con los vinos cubiertos o tapados.

Aquí las botellas están tapadas y catalogadas por un número. Una vez realizada la cata, se descubre a qué marca corresponde cada botella.

– Cata Horizontal: Es aquella en la que se catan diferentes vinos de la misma añada, de la misma zona, de la misma denominación de origen, o variedad de uva. 

Esta tipo de cata permite comparar las diferencias en los métodos de elaboración empleados y la influencia de los distintos tipos de suelos y microclimas en una misma variedad de uva.

– Cata Vertical: En cambio, en la cata vertical se prueba el mismo vino o vinos de la misma bodega pero de distintas añadas.

Con este tipo de cata podemos apreciar la evolución del vino en el tiempo, su desarrollo en botella y sobre todo podremos distinguir la calidad de las añadas y analizar los diferentes cambios en el método de elaboración si se hubieran producido. Resulta muy útil para analizar las diversas cosechas y cómo evoluciona cada vino.

– Cata Maridaje: Cata en la que se comparan vinos para determinar los mejores acompañamientos de platos y alimentos concretos.

El maridaje es el arte de combinar vinos con platos, para que ambos se realcen.

Es una de las actividades más importantes que debe realizar un sumiller. En general, no hay reglas fijas (desmontando el famoso mito de tintos con carnes y blancos con pescados), aunque sí algunas indicaciones lógicas.

Por ejemplo, comidas grasas y sabrosas, como un guiso de carne, requieren vinos con buena acidez, armazón y cuerpo.

En cambio, platos más simples, como una tortilla, van bien con vinos frescos y fáciles.

Algunos maridajes sorprendentes podrían ser el de un queso fuerte (p.ej. tipo manchego viejo, en aceite de oliva) con un oloroso andaluz, el de cerdo agridulce con un verdejo de vendimia tardía, o el de un tempranillo envejecido en barrica con bacalao a la vizcaína.

La temperatura de servicio del vino también juega aquí un papel muy importante.

El vino, como todo arte, es subjetivo y, por lo tanto, nadie puede decir la última palabra al respecto, ni siquiera los grandes expertos y líderes de opinión.

La experiencia de degustar vino es personal e intransferible.

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