Cuando vendimiamos, debemos limitarnos a recoger solo el fruto, la uva madura, sin presencia de hojas, de sarmientos, ni de racimos verdes o alterados.
Hay que evitar estos cuerpos extraños (racimos podridos, hojas, sarmientos, tierra, etc.), ya que pueden aportar sabores y aromas anormales.
La palabra vendimia proviene del latín vindemia, este se divide en los vocablos vinea, que significa vid, y demere, que significa quitar, arrancar, tomar o retirar.
Esto quiere decir que la vendimia es la acción de tomar las uvas de la vid y se realiza cuando el fruto ya está maduro.
La vendimia manual es el método más tradicional para cosechar las uvas que se realiza a mano, con la ayuda de tijeras o navajas, mediante el corte del tallo o pedúnculo que mantiene el racimo unido a la vid.
Los racimos o uvas se colocan en contenedores especiales como las cajas de vendimia que evitan aplastamientos y nos permiten una mayor selección de las uvas en la propia parcela, además de poder refrigerar la vendimia en caso de días muy calurosos.
La vendimia manual permite seleccionar mejor el fruto, es menos dañina para la planta y no depende de condiciones climáticas, si se la compara con la vendimia mecánica.
Es un proceso intensivo en mano de obra, generalmente realizado por cuadrillas de profesionales que son pagadas ya sea por días de vendimia, peso de la cosecha, o según la calidad del trabajo o fruto recolectado.
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